viernes, 13 de mayo de 2016

¡¿Filosofando con locura?!

Investigando sobre varios filósofos, pude encontrar algo de información que me impactó y por eso he decidido compartirla:

1.- Una de las leyendas más extrañas que circulan sobre Demócrito, asegura que un día en el que se encontraba en un jardín, se arrancó los ojos para que la contemplación de la realidad no le entorpeciera en sus meditaciones.

2.- Séneca decidió convertirse en el consejero y tutor de Nerón, que cuando se cansó  de que le molestara ordenó su muerte. Séneca que no quería ser objeto de iras de Nerón, pues sabía de su enorme crueldad, decidió quitarse el mismo la vida. Primero le ordenó a su médico que le administrara cicuta pero como no le hizo nada, acabó dándose un bañito calentito  donde se cortó las venas.

3.- Nietzsche: unas disonancias de su pensamiento con el academicismo de la época le llevaron a una obligatoria jubilación a los 35 años que le permitió dedicarse a escribir sus obras.

No obstante, cuentan que fue en 1889 cuando se desató su locura y lo encontraron en una calle de Turín abrazado llorando a un caballo. Fue llevado entonces al psiquiátrico…




Seguro que hay muchos ejemplos parecidos a éstos pero sólo con leer estos tres párrafos, nos planteamos lo siguiente:
- ¿Los filósofos están locos? O ¿La filosofía les enloquece?
- Yo no tengo muy clara la respuesta a esto, por eso, tomo como respuesta el aforismo de Ambrose Bierce:
  Todos estamos locos, pero el que analiza su locura se le llama filósofo.







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